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Desperdicio alimentario en la cadena de frío: causas y estrategias para reducirlo

  • Foto del escritor: Rubén Magro
    Rubén Magro
  • 24 sept
  • 2 Min. de lectura

El desperdicio alimentario es uno de los grandes desafíos globales actuales, con un fuerte impacto en la seguridad alimentaria, la economía y el medio ambiente. La cadena de frío desempeña un papel fundamental en la reducción de estas pérdidas, garantizando que los alimentos se mantengan en condiciones adecuadas de temperatura e higiene desde su origen hasta el consumidor final. Dentro de esta cadena, las cámaras frigoríficas y de congelación son piezas clave para preservar la calidad y prolongar la vida útil de los productos perecederos.



¿Cómo se genera el desperdicio en las cámaras frigoríficas?


Uno de los principales problemas que contribuyen al desperdicio alimentario es la fluctuación de temperatura dentro de la cadena de frío. Las cámaras frigoríficas deben mantener un rango de temperatura constante y adecuado para cada tipo de producto, ya sea refrigeración o congelación. Sin embargo, fallos en la infraestructura, apertura frecuente de puertas o una inadecuada gestión pueden provocar que la temperatura suba o baje, afectando la calidad y seguridad de los alimentos.


Estos cambios, incluso si son breves o imperceptibles, aceleran el proceso de descomposición, especialmente en productos sensibles como frutas, verduras, carnes, pescados y lácteos. La consecuencia directa es que grandes cantidades de alimentos terminan siendo descartados antes de llegar al consumidor.


Además, la duración excesiva fuera de condiciones óptimas durante la manipulación, transporte o almacenamiento también genera pérdidas. Por ejemplo, retrasos en rutas o almacenajes incorrectos incrementan el riesgo de que los productos se deterioren en cámaras frigoríficas mal controladas.


Estrategias para reducir el desperdicio en cámaras y cámaras de congelación


La gestión eficiente y el mantenimiento riguroso de las cámaras frigoríficas y de congelación son algunas de las mejores herramientas para minimizar el desperdicio alimentario. Entre las acciones más destacadas se encuentran:


  • Monitoreo constante de temperatura: La implementación de sensores conectados a sistemas inteligentes permite detectar a tiempo cualquier desviación térmica y corregirla antes de que afecte los productos.

  • Mantenimiento preventivo: Revisar y mantener en óptimas condiciones los equipos, sellados, puertas y sistemas de refrigeración garantiza un silencio térmico eficaz y temperaturas estables.

  • Optimización de apertura de puertas: Minimizar la apertura innecesaria y usar soluciones como cortinas de lamas o cortinas de aire ayuda a reducir pérdidas de frío al exterior.

  • Planificación y logística eficiente: Coordinar cargas, descargas y transporte con tiempos y procesos controlados evita que los productos se queden temporalmente fuera del rango de temperatura adecuado.


Estas estrategias son fundamentales para sectores tan diversos como alimentación, farmacéutico o flores, donde la cadena de frío es indispensable para mantener la calidad y seguridad.


Reducir el desperdicio alimentario en la cadena de frío es un esfuerzo conjunto que depende en gran medida del buen funcionamiento y gestión de las cámaras frigoríficas y de congelación. Invertir en tecnología, cuidado constante y formación del personal no solo protege la calidad de los productos, sino que también conlleva ahorro económico y un impacto positivo para el medio ambiente.


Para quienes buscan optimizar este proceso, realizar un seguimiento profesional y contar con equipos de calidad es una garantía fundamental para minimizar pérdidas y asegurar que los alimentos lleguen en perfecto estado de la cámara al plato.



 
 
 

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