Desde los primeros paneles hasta las innovaciones actuales: los materiales más eficientes y duraderos para cámaras frigoríficas
- Rubén Magro
- 21 jun
- 3 Min. de lectura
Si algo hemos aprendido en Monkfri tras montar cámaras frigoríficas de todos los tamaños y colores, es que el panel importa. Y mucho. Porque el aislamiento no es solo cuestión de frío: es cuestión de ahorro, durabilidad y tranquilidad para tu negocio. ¿Quieres saber cómo hemos pasado de paneles rudimentarios a materiales que parecen de ciencia ficción? Aquí te lo contamos, sin rodeos.
De cuevas y corcho a la revolución del panel sándwich
La historia del aislamiento en cámaras frigoríficas arranca mucho antes de que existieran los motores eléctricos. En la prehistoria, nuestros antepasados ya guardaban alimentos en cuevas o entre nieve y hielo para conservarlos un poco más. Pero el verdadero salto llegó en el siglo XIX, cuando Jacob Perkins y John Gorrie inventaron las primeras máquinas y cámaras de refrigeración, abriendo la puerta a la conservación moderna de alimentos.
En sus inicios, los materiales eran… digamos, poco sofisticados: corcho, alquitrán y hasta serrín. Eran baratos y fáciles de conseguir, pero su eficiencia térmica dejaba mucho que desear y la durabilidad era limitada.
El panel sándwich: el antes y el después
El gran cambio llegó tras la Segunda Guerra Mundial, cuando la industria necesitaba soluciones rápidas y baratas para conservar alimentos a gran escala. Nació el panel sándwich: una estructura compuesta por dos capas exteriores (normalmente de acero) y un núcleo aislante en medio. ¿Por qué fue una revolución? Porque permitía construir cámaras grandes, resistentes y con un aislamiento mucho más eficiente que los materiales tradicionales.
Con el tiempo, estos paneles se han ido perfeccionando y hoy son la base de cualquier cámara frigorífica moderna, tanto en la industria alimentaria como en la farmacéutica o la logística.
Los materiales que mandan hoy: poliuretano y poliestireno
Actualmente, los reyes del aislamiento son el poliuretano (PUR) y el poliestireno expandido (EPS). ¿Por qué? Porque combinan aislamiento térmico brutal, resistencia y durabilidad. Vamos al detalle:
Poliuretano (PUR):
Aislamiento top: baja conductividad térmica, lo que significa que el frío se queda dentro y el calor fuera.
Durabilidad: resiste golpes, humedad y hasta el paso del tiempo sin perder propiedades.
Instalación rápida: ligero y fácil de montar, lo que reduce tiempos y costes de obra.
Hermeticidad: los paneles de PUR sellan tan bien que evitan fugas de temperatura y ahorran energía.
Poliestireno expandido (EPS):
Económico: es más barato que el PUR, ideal si tienes un presupuesto ajustado.
Buen aislamiento: mantiene bien la temperatura y resiste la humedad.
Ligero y fácil de manejar: perfecto para montajes rápidos o espacios complicados.
Otros materiales que también se usan:
Poliestireno extruido (XPS): más denso y resistente a la compresión, ideal para suelos o cámaras con mucho tránsito.
Lana de roca: aporta aislamiento acústico y resistencia al fuego, aunque no es tan eficiente térmicamente como el PUR o el EPS.
PIR (Poliuretano Isocianurato): una versión mejorada del PUR, con más resistencia al fuego y estabilidad térmica.
Innovaciones actuales: aerogeles, paneles de vacío y sostenibilidad
La cosa no se ha quedado ahí. En los últimos años, han aparecido materiales que parecen sacados de una peli de ciencia ficción:
Aerogeles: ultraligeros y con una conductividad térmica bajísima. Se usan en aplicaciones donde el espacio es oro y se necesita el máximo aislamiento posible.
Paneles de vacío: un núcleo aislante sellado herméticamente en aluminio. Son finísimos y aíslan como los mejores, ideales para cámaras donde cada centímetro cuenta.
La tendencia es clara: materiales cada vez más eficientes, duraderos y sostenibles. Los fabricantes apuestan por paneles con contenido reciclado, sistemas que reducen la huella de carbono y soluciones que permiten ahorrar energía a largo plazo.
¿Por qué debería importarte todo esto?
Porque elegir bien el material de tus paneles es la diferencia entre una cámara que te da problemas (y facturas altas) y una que te acompaña durante años sin sustos. Un buen panel te ahorra energía, reduce mantenimientos y protege tus productos. Y si además eliges materiales innovadores o sostenibles, tu negocio también suma puntos en responsabilidad ambiental.
En Monkfri te asesoramos para que no te líes con tecnicismos: te ayudamos a elegir el material que mejor se adapta a tu cámara, tu presupuesto y tus necesidades. Porque, al final, lo importante es que el frío se quede donde tiene que estar: dentro de tu cámara.
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