Cómo evitar la contaminación cruzada en tu cámara frigorífica este verano (y no morir en el intento)
- Rubén Magro

- 11 jul
- 3 Min. de lectura
Verano: esa época en la que las cámaras frigoríficas se convierten en el corazón de cualquier negocio de hostelería, alimentación o similar. Pero ojo, que el calor no solo pone a prueba a los equipos… también multiplica el riesgo de contaminación cruzada. Y aquí no hablamos solo de perder producto: hablamos de intoxicaciones, de clientes cabreados y de problemas serios para tu negocio. Así que, si quieres pasar un verano tranquilo y sin sustos, apunta estos consejos Monkfri para que la contaminación cruzada no te amargue la temporada.
¿Qué es la contaminación cruzada y por qué es tan peligrosa en verano?
La contaminación cruzada es la transferencia de microorganismos, alérgenos o sustancias químicas de un alimento a otro, ya sea por contacto directo (un filete de pollo tocando una lechuga) o indirecto (el jugo de una carne cruda goteando sobre un postre, o unas manos que manipulan varios productos sin lavarse). ¿El problema? En verano, las temperaturas altas aceleran la multiplicación de bacterias y el más mínimo despiste puede acabar en intoxicación alimentaria o, en el mejor de los casos, en un buen susto.
Las reglas de oro para evitar la contaminación cruzada en tu cámara frigorífica
1. Orden y separación ante todo
Separa los alimentos crudos de los cocinados y de los listos para consumir. Si puedes, usa cámaras diferentes para cada tipo de producto (carne, pescado, frutas, lácteos…). Si no es posible, recurre a recipientes herméticos y coloca los crudos siempre en la parte inferior para evitar goteos sobre otros alimentos.
Frutas y verduras que se van a consumir crudas, siempre en la zona más alta y separadas del resto. Si no tienes estanterías independientes, protégelas bien y nunca las mezcles con carnes o pescados.
2. No sobrecargues la cámara
Deja espacio entre los alimentos para que circule el aire frío y todo se mantenga a la temperatura adecuada. Si llenas la cámara hasta arriba en plena temporada, el riesgo de que se rompa la cadena de frío se dispara.
3. Limpieza y desinfección, más a menudo que nunca
El verano no perdona: la limpieza diaria de la cámara, estanterías y recipientes es obligatoria. Usa productos desinfectantes aptos para uso alimentario y no te olvides de los rincones y juntas de las puertas.
4. Controla la temperatura y la humedad
Mantén la cámara siempre por debajo de 5 °C y revisa que no haya zonas más cálidas donde puedan proliferar los “bichos”. Un termómetro visible y una alarma de temperatura son tus mejores aliados en verano.
5. Etiqueta y rota los productos
Pon fecha a todo lo que entra en la cámara y coloca delante lo que caduca antes. Así evitas olvidos, reduces el desperdicio y te aseguras de que nada se quede “criando vida” en el fondo.
6. Higiene personal y de utensilios
Lávate las manos antes y después de manipular alimentos, usa guantes cuando sea necesario y asegúrate de que tablas, cuchillos y recipientes estén limpios y, si puedes, diferenciados por colores según el tipo de alimento.
¿Y si tienes poco espacio o mucho ajetreo en cocina?
No siempre es posible tener una cámara para cada cosa, sobre todo en verano, cuando el ritmo es frenético. En esos casos, la clave está en la organización y la disciplina:
Usa estanterías separadas y recipientes herméticos.
Coloca los alimentos cocinados y listos para consumir en las baldas superiores, y los crudos (especialmente carnes y pescados) en las inferiores.
Educa y forma a tu equipo: un solo fallo puede arruinar toda la partida de producto y, de paso, tu reputación.
Este verano, que el calor no te juegue una mala pasada. La contaminación cruzada es una amenaza real, sobre todo en los meses de más calor, cuando todo va más rápido… incluidas las bacterias. Mantener el orden, la limpieza y la organización en tu cámara frigorífica no es solo una cuestión de higiene, es la mejor inversión para tu negocio y para la salud de tus clientes. Porque en verano, el frío bien gestionado es tu mejor aliado.





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